1. Configuración: la pieza de trabajo, que puede ser un componente o estructura de metal, está preparado para el proceso de alivio de estrés ultrasónico. Esto puede implicar limpiar la superficie, garantizar el ajuste adecuado y determinar los parámetros apropiados para el material y la aplicación específicos.
2. Aplicación de vibración ultrasónica: se utiliza un equipo especializado de alivio de estrés ultrasónico para aplicar vibraciones de alta frecuencia a la pieza de trabajo. Las vibraciones se encuentran típicamente en el rango de 20 kHz a 100 kHz y se aplican utilizando
un transductor ultrasónico. El transductor genera vibraciones mecánicas que se transmiten a la pieza de trabajo a través de un medio de contacto, como una herramienta o bocina.
3. Distribución de vibraciones: las vibraciones ultrasónicas se dirigen a áreas específicas de la pieza de trabajo donde se concentran las tensiones residuales. Las vibraciones penetran en el material, causando cambios microestructurales y redistribuyendo los patrones de tensión. Las vibraciones de alta frecuencia inducen la deformación plástica en el material, promoviendo la relajación del estrés.
4. Alivio del estrés: las vibraciones ultrasónicas ayudan a desalojar y reubicar las dislocaciones en la microestructura del material. Este
proceso conduce a la reducción de tensiones residuales dentro de la pieza de trabajo. Las tensiones redistribuidas dan como resultado una distribución de tensión más uniforme, que puede mejorar la resistencia a la fatiga del material, la estabilidad dimensional y la integridad estructural general.
5. Optimización del proceso: los parámetros del proceso de alivio del estrés ultrasónico, como la frecuencia de vibración, la amplitud y la duración, pueden ajustarse para optimizar el efecto de alivio del estrés. Los parámetros específicos dependen de factores como el tipo de material, el grosor y el resultado deseado de alivio del estrés.
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